¡Todos somos energía!… Descubre en qué frecuencia estás vibrando tú

¿Quieres saber en qué frecuencia estás vibrando tú?, pues, sí, tú y cada uno de nosotros somos energía y esa energía nos influye en todos los ámbitos de nuestra vida; así que presta atención a cómo estás vibrando y trabaja en ello para que todo fluya en ti de forma positiva.

¿Quieres saber en qué frecuencia estás vibrando tú?, pues, sí, tú y cada uno de nosotros somos energía y esa energía nos influye en todos los ámbitos de nuestra vida; así que presta atención a cómo estás vibrando y trabaja en ello para que todo fluya en ti de forma positiva.

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La energía nos mueve y mueve el mundo, es un concepto que va más allá de lo que sentimos, es también lo que pensamos, lo que atraemos; sí, es la diferencia entre la mente y la materia, entre lo físico y no físico, lo externo y lo interno.

El mundo está formado por energía vibratoria y aunque parezca un concepto nuevo, la verdad es que es algo que sabían muy bien los antiguos yoguis.

Es más, para ellos el origen del universo comienza con el sonido Ohm. Es decir, que la vibración que originó el mundo entero fue Ohm.

Entonces, las frecuencias vibratorias bajas están relacionadas con sentimientos y pensamientos negativos, como miedo, ira, envidia, crítica, culpa, entre otras, mientras que las frecuencias vibratorias altas están relacionadas con emociones, sentimientos y pensamientos más positivos, amor, alegría, libertad, compasión.

Así que para saber en qué frecuencia estás, puedes preguntarte simplemente: “¿Cómo me siento?” Si te sientes bien es que estás vibrando en una frecuencia alta, y si te sientes mal, es que estás en una frecuencia baja.

Suena fácil, ¿verdad?, lo cierto es que si te enfocas puede resultar más fácil de lo que crees, pero también es cierto que se trata de un proceso y un trabajo interno bien preparado.

Para esto debes tomar en cuenta que muchas de las cosas que te rodean afectan con su energía la tuya y esas cosas pueden ser:

  • Otras personas:

La energía de otras personas afecta, sin duda alguna, la nuestra, es como si nos apropiáramos de la energía de otra persona y cuando es una vibración alta, perfecto, pero si no lo es, terminamos mal el asunto.

  • Lugares: :

Seguro te ha pasado que vas a algún lugar y de la nada sientes una paz, pero en otros sitios sientes una pesadez; bueno, ahí tienes las respuestas.

  • Situaciones:

Sí, cada día vivimos situaciones que te exponen a diferentes frecuencias energéticas.

  • Alimentos:

Aunque no lo creas, sí, los alimentos son energía, y algunos te darán una energía más positiva y otros una energía menos positiva. Y esto no tiene nada que ver con las calorías, más bien con lo naturales o procesados que estén los alimentos.

  • Actividades:

Hay actividades que te hacen vibrar muy alto y otras no tanto. Está claro que no te sientes igual haciendo algo por puro compromiso que algo que realmente te apetece, ¿no?

Entonces, estos son algunos de los ejemplos, porque la verdad es que son muchos, y todos te demuestran que hay cosas externas a ti que pueden afectar a tu propia frecuencia energética, pero lo importante es que tú sepas conectar con ella y hacer que vibre alto por sí misma.

Y ¿Qué pasa con la energía que sale de dentro?

Pues te cuento, que esa es justamente la más importante, esa es con la que tienes que conectar realmente y hacer que vibre alto, muuuy alto. Independientemente de lo que ocurra fuera.

Y es que la mente ejerce el control sobre el cuerpo a través de la ley de la vibración; cada pensamiento, emociones, palabras, gestos, todo, absolutamente todo, es una vibración y cada vibración cambia nuestro cuerpo, así que el poder está en cómo mantienes tu energía.

Así que hoy te propongo un ejercicio para conectar con ella:

  1. Ve a un lugar tranquilo, un espacio seguro, donde puedas relajarte entre 5 y 10 minutos para hacer este ejercicio.
  2. Adopta una postura cómoda en la que puedas permanecer por esos minutos, ya sea acostada o sentada; apaga el celular.
  3. Cierra tus ojos y toma tres respiraciones lentas y profundas y cuando exhales trata de soltar todas las tensiones que te incomode en este momento.
  4. Continúa respirando lento y profundo y sigue soltando todas las tensiones; relaja tu cuerpo físico y afloja en tu rostro la mandíbula, la mordida y sigue respirando lento y profundo.
  5. Comienza a revisar todo tu cuerpo físico, obsérvalo y en donde exista algún tipo de tensión realiza una contracción de ese musculo al inhalar y exhalar suelta.
  6. A tu ritmo, visualiza, dónde estabas ayer en la tarde, qué estabas haciendo, con quién estabas; quiero que observes cómo la pasaste; te vas a observar cómo te ves a ti misma.
  7. Fíjate que te molesta, acércate más, observa tu rostro, ¿estás feliz, relajada? O ¿tensa?, ¿algo te incomoda en tu cuerpo? Observa todas las tensiones en tu cuerpo.
  8. Sin juicio, desde esa visualización quiero que vengas al aquí y al ahora y comiences a mover tu cuerpo físico para irte incorporando, abre tus ojos.
  9. Con esa visualización y bajo esa emoción que tenías ayer, ya tienes una idea clara de cómo está tu vibración, cómo está tu nivel de energía.

Entonces…

¿En qué frecuencia estás vibrando?

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